miércoles, 14 de diciembre de 2011

FESTIVIDAD DE NUESTRA TITULAR


   La fiesta de la Virgen de la Esperanza se celebra en España desde tiempos muy antiguos, siendo establecida litúrgicamente en el décimo Concilio de Toledo (656), presidido por su obispo San Eugenio III, con el nombre de Expectación del Parto. Con ella los obispos querían resaltar la fiesta de la Anunciación (25 de marzo), que por caer muchos años en plena cuaresma, no permitía celebrar con el debido esplendor el misterio de la Encarnación de Verbo y el estado de buena esperanza de María.
   La esperanza es una virtud que acompaña al pueblo de Israel a lo largo de toda su historia. El pueblo de Dios tenía clara conciencia de su pecado y de que Dios remediaría su situación. Ahí están los primeros capítulos del Génesis: donde se origina el pecado y la muerte, allí mismo surge la promesa y la esperanza de la redención: "una mujer quebrantará tu cabeza" es la sentencia del Señor a la serpiente infernal.
   El pueblo de Israel, alentado por las enseñanzas de los Patriarcas y Profetas, fue creciendo en la esperanza de que Dios le libraría de todos sus males y pecados enviándoles un salvador. Isaías, el profeta de la esperanza, les decía: "De antemano yo os anuncio el futuro...Escuchadme los desanimados que os creéis lejos de la victoria: yo acerco mi victoria, no está lejos; mi salvación no tardará, traeré la salvación a Sión...".
   Pero entre todos los hijos de Israel la que más intensamente vivió la esperanza y ansió el cumplimiento de las promesas fue María. Los Santos Padres nos la presentan en oración, absorta en Dios, cuando recibe la visita del arcángel San Gabriel, pidiendo al Altísimo la pronta llegada del Mesías Salvador. ¡Qué sentimientos tan tiernos y profundos debieron embargar su alma en aquellos momentos!. Consciente de su pequeñez bendecía al Señor de quien se sentía esclava. Glorificaba al Señor por su infinita misericordia con los pobres y los humildes. Y, sobre todo, agradecía al Altísimo que hubiese cumplido las promesas que durante siglos habían alentado al pueblo descendiente de Abraham.
   Pero María, por ser madre del Redentor y por voluntad del Padre, se convierte en fuente de esperanza para el nuevo pueblo de Israel. Así lo proclamamos cuando recitamos la salve: "Vida, dulzura y ESPERANZA nuestra"; en Ella depositamos nuestra esperanza de salvación. Y pensando en su maternidad salvadora, la Iglesia canta: "Nos devolvió la esperanza de vida, que Eva pecando nos quitó" (Vísperas del 22 de agosto). Ella es, pues, la esperanza de nuestra salvación en medio de las dificultades de la vida. Y así, el Vaticano II no duda en proclamarla SIGNO DE ESPERANZA, que precede con su luz al pueblo de Dios peregrinante en esta tierra, hasta que llegue el día de Señor.
Patronazgo: la Virgen de la Esperanza es por excelencia la patrona de las mujeres embarazadas. Su fiesta se celebra el 18 de diciembre, momento en el cual la Virgen está en sus últimos instantes de "buena espera". Desde aquí enviamos un fuerte saludo a todas las chicas que, como la Virgen, están a punto de vivir este bello acto de dar a luz un niño.

  En Campo de Criptana la Virgen de la Esperanza es venerada en la Parroquia de Ntra. Señora de la Asunción una talla de Candelero de la mitad del siglo XX de autoria desconocida en la que el proximo dia 18 recibira cultos extraordinarios, a partir de las 12:30 horas en la parroquia de la Asunción se procedera a cabo la misa de la hermandad y el solemne besamanos a Maria Santisima de la Esperanza, que estará expuesta desde el viernes tarde.



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